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Siglos atrás, el profeta Isaías había hablado de Juan y lo describió así:[a]

«Una voz clama en el desierto: “Prepárenle el camino al Señor; que nada le estorbe a su paso”».

Juan usaba ropa hecha de pelo de camello y se la sujetaba con un cinto de cuero. Su alimentación consistía en langostas del desierto y miel silvestre.

Toda la gente de Jerusalén, de todo el valle del Jordán y de toda Judea, iba al desierto a escucharlo.

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Footnotes

  1. 3.3 Isaías 40.3